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Material de Ampliando la Mirada:

- Libro de la técnica con ilustraciones y casos de pacientes.

- 55 tarjetas que representan: figuras humanas de diferente sexo y edad; figuras míticas y figuras simbólicas.

- 2 láminas tamaño oficio que representan al paciente y a su mundo interno, simbolizado por un rostro femenino y otro masculino.

De cara al nuevo año, la posibilidad de repensarnos como protagonistas de nuestra propia historia

Aunque objetivamente un día sucede al otro, el cambio de año, como el de la edad, nos alerta sobre nuestra propia finitud, sobre cómo estamos administrando nuestro tiempo. De manera consciente o inconsciente, hacemos un balance del fin de ciclo. Se movilizan vivencias "escondidas" de temas no resueltos. Aparecen en primer lugar las pérdidas, el dolor por la partida de un ser querido, por un divorcio, o por anhelos que no se concretaron.

En algunas personas, la sensación de inseguridad, de angustia, ansiedad o miedo se instalan en sus mentes y tratan de “detener” el tiempo que, implacable, avanza de todos modos. Pueden experimentar una sensación de vacío, que se manifiesta incluso a nivel corporal. A este vacío, intentan mitigarlo con ocupaciones múltiples, compras, reiteradas cirugías estéticas, adicciones y otras vías de escape que calman en el momento pero ahondan las heridas que fueron ignoradas y que sin embargo, poseen un potencial curativo.

En otras personas, los desengaños y frustraciones suelen tener su origen en la magnitud de sus expectativas, muchas de ellas puestas en los hijos o en otras personas, razón por la que se atribuyen a los demás los magros resultados. Así, se descargan sobre otros enojos y rencores y se debilitan los lazos afectivos. 

No ocurre esto cuando nos sentimos protagonistas y no víctimas de nuestra propia historia. Reconocemos los errores, valoramos lo bueno que hemos hecho  y  lo que hemos aprendido en el trayecto. Esta experiencia se comporta como una bisagra entre el pasado y el futuro. Entonces, desde otra perspectiva, de cara hacia el nuevo año es fundamental percibir aspectos que están conectados con nuestro poder, con nuestras capacidades, habilidades, proyectos y anhelos que esperan ser realizados.

En primer lugar, es preciso conectarse con el AHORA. El presente se entrega cargado de innumerables posibilidades para seguir creciendo como seres humanos e invita a soltar las cargas negativas y las creencias limitantes, para que podamos abrirnos desde la incertidumbre a lo nuevo, al devenir de la vida. En segundo lugar, es importante conectarse con el QUIERO, que es la palanca que nos motiva, que activa nuestra pasión más allá de los obstáculos, nuestra determinación para concretar tareas, nuestra capacidad de trabajo constante para lograr la realización de la propia vocación, obtener inspiración, concretar anhelos y  desempeñar nuestra misión en el mundo.

Ni en el pasado ni en el futuro estamos conectados con la vida.
Sólo tomando conciencia de que el presente es lo único que tenemos para sentirnos vivos y dando cada paso desde ahí, mirando cada hora y cada día como un regalo que se nos ofrece, podemos crecer. Nuestra determinación de llegar a un objetivo se potencia cuando, día tras día, disfrutamos y aprendemos desde el amor y la gratitud, en el camino hacia la meta.


#Ampliandolamirada: La oportunidad de estas fiestas

Cada año, cómo vivimos las fiestas dice mucho de nuestra perspectiva ante la vida.
Estas celebraciones, con todas las emociones que despiertan, son una excelente oportunidad de alcanzar una mayor conciencia de nuestros límites auto-impuestos y de nuestras infinitas posibilidades interiores para sanar.
Ante lo que nos molesta, tenemos la oportunidad de preguntarnos a nosotros mismos el por qué se hace presente esa situación en nuestra vida y cómo podemos modificar nuestra actitud ante la misma.
Ante lo que nos sensibiliza, tenemos la oportunidad de indagar en nuestro interior si detrás de ese dolor existe una creencia negativa sobre nosotros mismos, enraizada en el miedo, que está limitando nuestra libertad.
Ante todo lo que podamos sentir de manera inesperada, tenemos la oportunidad de aceptarlo y de aprender de ello.
Ante lo que nos genera incertidumbre, tenemos la oportunidad de confiar en nosotros mismos.

Ampliar la mirada es conocerse a uno mismo sin juzgarse, aceptar lo que nos pasa y tener la voluntad de trabajar para sanar. Felices Fiestas.

Entrevistas laborales con Ampliando la mirada

Hoy comparto una experiencia de una colega, la Lic. María del Pilar Barrio Olivares, que se animó a utilizar la técnica Ampliando la mirada como parte del proceso de selección de personal, en la consultora en la que trabaja. Es una nueva faceta de aplicación de las imágenes de Ampliando la mirada, que aporta una estrategia distinta para los reclutadores y un estímulo nuevo a los postulantes, quienes normalmente están muy habituados a los procesos tradicionales de selección.

En esta oportunidad, se trata de un postulante de sexo masculino, de 40 años, con educación post universitaria, que está aplicando para un puesto gerencial en una Pyme que se encuentra en una etapa en la que necesita encarar un crecimiento importante.

La consigna que se le dio al postulante fue la de imaginarse cómo serán sus funciones al frente de la Pyme en cuestión. A partir de lo que imagine, se le propone seleccionar las láminas que él considera representan lo que piensa. Sus respuestas, en principio, aportarían información como:
-su conocimiento del negocio.
-su percepción de lo pedido por la compañía y de cómo cree él que se va a parar frente a ese escenario.
-qué recursos cree necesarios.
-qué podrá instrumentar.
-de qué se cree capaz en el puesto.
Luego, se le pregunta por qué ha elegido esas imágenes.

1) MOZO
Porque simboliza "servicio".

2) NIÑO CORRIENDO
Por la velocidad de resolución que tiene el negocio.

3) NIÑO PATEANDO
Porque si bien puede ser mala, en el sentido de patear viejas metodologías, tiene que ver con "mover", cambiar ciertas metodologías que ya no sirvan.

4) NIÑO ALEGRE
Porque es la actitud básica, tomar el trabajo con humor. La alegría es fundamental en algo.

5) BOMBERO
Porque seguro va a tener que "apagar incendios".

6) DOCTOR
Porque es fundamental el diagnóstico de la situación.

7) PAPÁ CON EL NIÑO
Si bien no se identifica con un rol paternalista “para nada” en su equipo, para que él crezca el fundamental que el equipo crezca. Entonces él debe ayudarlo a crecer.

8) ENFERMERA
Tiene que ver con curar o sanar cosas.

Por último, el quería agregar la del BEBE porque es como él ve a la Pyme en este momento, con respecto a la tarea de crecimiento que él tiene que hacer.

En síntesis, la propuesta es que, a través de las imágenes, se puedan conocer aspectos más profundos del postulante, sin que éste presente demasiada resistencia, al tratarse de una actividad de carácter más "lúdico" y creativo.



Caso "Raquel": conocerse mejor a sí mismo a través de imágenes

Raquel, una mujer de 47 años, llegó a mi consultorio sintiéndose muy angustiada, vulnerable y con ataques de pánico. Es madre de tres hijos, dos de su primer matrimonio y uno de su pareja actual. Padece fibromialgia, enfermedad que se caracteriza por generar dolores musculares, cansancio y sensibilidad en todo el cuerpo.
Lo primero que expresó fue:
"Lloro por todo... No me hablo con mamá desde hace cuatro  meses. Por momentos siento que ella me odia. Nunca me quiso".
También mencionó que no sabe poner límites, porque si lo hace se siente culpable; cuando sus hijos mayores avanzan, ella se siente manipulada.
Le propongo trabajar en un psicodiagnóstico con la técnica de Ampliando la mirada. Al iniciar el trabajo con la técnica, Raquel selecciona varias tarjetas con las que se siente identificada, unas que la conectan con lo que vive como positivo y otras con lo que vive como negativo.
Me referiré a dos de esas imágenes, a modo de ejemplo.
Imagen del cuerpo humano: 

"Muchas veces me sentí así, vacía. De no saber qué decisiones tomar, de no conocerme nada, no saber quién soy,  qué es lo que quiero".
Cuando Raquel interactúa con la imagen sobre lo que ésta última siente, la tarjeta que representa al cuerpo le responde "quiere pasar desapercibida para que no la juzguen. Siente mucha incomprensión, lo que la hace sentir muy sola".
Cuando le pregunta en qué la puede ayudar para sentirse mejor, ésta la estimula a que se encuentre con ella misma para conocerse, que comience a aceptar que existen esos vacíos afectivos.
Imagen de la nube:
"La relaciono con la imagen de la carretilla (cuando la ve, habla de su separación).
"Yo decidí dar el paso de terminar mi matrimonio anterior. Me sentía libre, no controlada, no presionada. Así me siento ahora también en muchos aspectos pero deseo, en muchas cosas, ser más libre". Mientras mira la imagen, comenta: "Este aspecto de ella la ayuda para que agradezca, a que mire todo lo que logró. Que pueda ver que puede romper esas cadenas para que ser más ella misma, tenerse más confianza y quererse más".
Estas dos imágenes, -de las trece que eligió- en las que se ve representada, muestran que, mediante la respuesta que una de ellas (tarjeta de la nube) le responde a otra (tarjeta del cuerpo), Raquel puede encontrar una salida para conocerse mejor y abordar una psicoterapia.


Caso "Juliana": una persona, diferentes miradas

A través de las imágenes, la técnica Ampliando la Mirada ofrece a los pacientes una vía para expresar con mayor facilidad sus vivencias, ya sean positivas o negativas, y ponerlas en el campo de la conciencia.
A modo de ejemplo, Juliana, de 17 años, eligió, entre otras, la siguiente:


Argumenta que es muy influenciable por sus pares y en ocasiones, se ha sentido manipulada.
Cuando entabla  "diálogo" con la imagen expresa: 
"Siente temor, miedo a equivocarse, a la humillación.... se siente muy débil".
"Tiene miedo a que la manipulen".
"Siente inseguridad y enojo.... también frustración".
En segundo lugar, selecciona esta imagen:


Le recuerda el miedo a la oscuridad y a las películas de terror que sentía de niña.
Cuando le pregunta a la imagen sobre lo que siente, responde:
"Frío, perdido, sin rumbo..... Está desprotegido y solo".
"Se siente molesto, incómodo en su forma de vivir, le falta algo. Le falta aprecio, le faltan pares, un alma con la que estar, acompañamiento. Extraña a su mamá".
Luego, elige la siguiente imagen:

 Y al mirarla, comentó:
"Me gustaría llegar a esa edad y estar feliz. La elijo porque me hace acordar a mis abuelas y les tengo mucho aprecio".
 Luego entra en diálogo con la imagen para preguntarle qué "siente":
"Se siente querida, se siente protegida, en paz".
Y después, la siguiente:

Esta tarjeta le sugiere:
"Aunque estoy en duda de mis creencias, era mi soporte cuando era chica..... Le tenía miedo a la oscuridad y siempre le rezaba al Ángel de la guarda y me sustentaba".
Ante lo que siente, la imagen responde:
"Seguridad, acogida, se siente apreciado, calidez".
Cuando Juliana tiene la posibilidad a través de estas mismas imágenes de conectarse con su "sabio interior", éstas le transmiten su ayuda para que pueda  focalizarse en aspectos que le permitan empoderarse de sus recursos para sentirse mejor.

"Me ayuda como si fuera un oído al, que le puedo hablar si necesito..... También si quiero llorar y descargarme; no es algo malo, por eso me ofrece eso".

"Me da la mano para guiarme y para que me tranquilice y pueda mirarlo desde otro punto de vista".

"Protección, abrigo, cuidado, acompañamiento y contención".

"Me dice: bailá, crea, escribí, crea......decí lo que sentís, expresate".

Comenzar un nuevo año, tomar mejores decisiones

A la hora de repasar mentalmente todo lo que vivimos durante el año, cuántas preguntas nos quedan sin respuesta, cuántas tareas pendientes y  anhelos por cumplir. Lo más probable es que no hayamos alcanzado todas las metas que nos propusimos y las reprogramemos para el año que comienza. Y aquí está la buena noticia, los cambios se hacen día a día. Lo más importante no es alcanzar lo más rápido posible todos nuestros objetivos, sino que lo verdaderamente relevante es no detener el camino de nuestros sueños, de nuestro crecimiento y evolución. En ese camino, nos es imposible detener el tiempo cuando los momentos que atravesamos están impregnados de gozo, o acelerarlo ante el pesar y la desesperanza que produce el sufrimiento. Seguramente, durante el año atravesamos momentos en los que creíamos imposible poder salir de una situación agobiante. En verdad, el sufrimiento emerge cuando nos resistimos a nuestras experiencias dolorosas, cuando no aceptamos las vivencias internas dificultosas y las capitalizamos como una instancia más de nuestro desarrollo interior. 

El fin de año es un buen momento para buscar dentro de nosotros mismos la capacidad de comenzar a mirar las adversidades desde una nueva perspectiva, que nos ayude a pensar otra manera de vivir estas fiestas y abordar un nuevo año con una actitud positiva ante la vida.  No podemos elegir lo que nos toca vivir, pero sí podemos elegir de qué modo relacionarnos con las situaciones adversas que todos transitamos. En definitiva, es nuestra actitud, la que, si cambiamos el enfoque, nos ayudará a tomar decisiones acertadas para un mayor crecimiento personal, familiar y social en el año que comienza.

Ante un nuevo año, tenemos la oportunidad de tomar conciencia: está en nosotros vivir mejor. Para sentirnos bien, desarrollarnos plenamente tanto material como espiritualmente, crecer como personas y aprovechar todas nuestras posibilidades, no hay que esperar a que los demás nos guíen o nos incentiven, hay que aprender a invertir en nosotros mismos. Tenemos también la oportunidad de curar heridas abiertas, de perdonarnos por lo que no hayamos conquistado, de reconciliarnos y reencontrarnos con otras personas, de aceptarlas en lugar de recriminarlas, con el corazón abierto a nuevas posibilidades de comunicación. Dejemos que nuestra mirada se encuentre con la de los otros y veremos cuántos necesitan de nosotros: un momento para escuchar a quien se siente solo y triste, una palabra de aliento, un gesto de apoyo económico o una sonrisa pueden cambiarle el día y hasta su perspectiva de vida a quien la recibe y, sin pretenderlo, surge en nosotros una íntima satisfacción que nos ayuda a estar mejor.

En cada uno de nosotros habita la imaginación y la creatividad que pueden ayudarnos a abandonar esa "zona de confort" en la que nos instalamos, donde hay temores arraigados y creencias negativas que nada construyen. Si nos animamos a buscar, podremos encontrar los recursos interiores que nos guíen en este nuevo año, para tomar sanas decisiones que enriquezcan nuestra vida en todos los niveles. Renovemos nuestras ganas de vivir en un mundo un poco mejor y confiemos en nuestra capacidad para lograrlo. 

Caso "Lucas": Estrés crónico

El estrés crónico fue definido por Wheaton en 1997, como "El conjunto de amenazas, exigencias, constricciones o limitaciones estructurales que, por el mero hecho de su presencia, ponen en cuestión la integridad operativa del organismo". Se discute si se trata de un síndrome específico, o simplemente es una variante o forma clínica del Trastorno por estrés traumático (TEPT).

El estrés crónico es aquel que se vuelve peligroso (distrés) cuando se prolonga en el tiempo. Este distrés ocasiona un exceso de esfuerzo en relación  a la carga, causando un problema de salud.

Algunos tipos de estrés crónico provienen de experiencias traumáticas de la niñez que se interiorizaron y se mantienen dolorosas y presentes, constantemente. Ciertas experiencias negativas afectan profundamente la personalidad. Se genera una visión del mundo, o un sistema de creencias que provoca, por ejemplo, ver el mundo como un lugar amenazante, temor a ser descubierto como alguien que finge lo que no es, necesidad de ser perfecto todo el tiempo, etc.

Lucas, de 46 años, llegó a la consulta derivado por un psiquiatra, con un diagnóstico de estrés crónico. En la primera entrevista expresó: “Hace ocho años sufrí un revés económico que fue muy traumático que repercutió en mi relación de pareja -divorcio- y familiar”. Al describir los síntomas comentó: “Al despertarme empecé a sentir  como que explotaba la bomba atómica. Por el tremendo susto, el cuerpo me quedaba inmóvil y pasaba momentos que no sabía ni siquiera que hacer para mover un dedo”. "Por momentos siento que no voy a tener fuerzas en el cuerpo, comienzo a temblar y no tengo ganas de encarar nada”.

Cuando Lucas tenía seis años, su padre sufrió una quiebra económica, se vieron forzados a irse de la ciudad,  dispersarse como familia  y padecer carencias de todo tipo.

En el trabajo con la Técnica Ampliando la Mirada, Lucas eligió 19 imágenes con las que se sintió identificado. Me referiré aquí a algunas de ellas, a fin de ilustrar de qué modo, durante el transcurso de la toma, fue ampliando su perspectiva ante una misma situación.

Una de las imágenes elegidas fue la de la carretilla.



La eligió porque según sus palabras, “La veo como una grosería de la sociedad, que una chica adolescente tenga que pasar por esto. Lo asocio a que yo viví una situación parecida, de tener que salir a juntar comida”. Cuando Lucas le preguntó a la imagen qué sentía, respondió : “Estoy podrido de la vida porque no me banco a mí mismo, ni el trato que me dan”. Y cuando consultó a la imagen,  “¿En qué podés ayudarme para que me sienta mejor? recibió  como respuesta: “Fijate lo que tenés. Detenete y mirá lo que tenés, la cantidad de amor que hay alrededor tuyo. Pensá que hiciste las cosas bien”.

Una segunda imagen seleccionada fue la que muestra a un señor. 



"A ésta la elegí porque todos los que andan de traje me hacen algo, marcan una diferencia social, de discriminación frente al otro". Cuando Lucas le preguntó a esa imagen lo que sentía, le respondió: "Estoy repodrido de usar este uniforme; estoy cansado de mi trabajo. Siento que quiero un cambio. La ropa que tengo no me gusta, estoy cansado del celular, el pelo no me queda bien. Tengo muy mal gusto. Necesito alguien que me asesore en la vestimenta. Pero igual estoy contento con lo que tengo".
Ante la pregunta a esta imagen, de en qué lo podía ayudar para sentirse bien, expresó: "Terminá con los prejuicios, terminá de fijarte en los demás. Debajo del traje somos todos iguales”. 

Hay dos imágenes que no deben faltar cuando se aplica la técnica, sean o no elegidas por el paciente. Me refiero a las figuras A y B. La imagen A representa a su propio cuerpo.  


Ante la pregunta de qué podía hacer para sentirse mejor, obtuvo como respuesta:  “Cuidá el físico, empezá a entrenar, a nadar, que tanto te gusta, a tomar sol”.
La imagen B representa su aspecto interno, donde no existe ni el miedo, ni el juicio crítico, ni la culpa.


Ante la misma, el paciente expresó: “Fluí, caminá, cantá, bailá, seguí dibujando, pintá”.

Lucas exteriorizó cuánto lo habían ayudado las imágenes; que dentro de él, algo cambió. Puso el acento en esta ayuda que le proporcionaron las figuras, al manifestar que se sorprendió cuando comprobó que, aún las imágenes que vivía como negativas, resultaron ser muy útiles a la hora de interrogarlas acerca de cómo podrían ayudarlo.

Llegó abrumado por sus padecimientos, con una marcada distorsión cognitiva sobre la mirada de sí mismo  y de los demás. Al entrar en contacto con su caudal de recursos pudo ir objetivándose, al darse cuenta de que su poder y sus esperanzas en superar las experiencias negativas, eran más grandes que sus heridas, las que, desde su fortaleza, ahora tenían otra dimensión.
Cambió radicalmente su actitud y por ende, el pronóstico.